Datos personales

Nací en Córdoba. Mis compañeros de estudios en el Instituto Fidiana me llamaban Tovarich. Participé en las movilizaciones fidianeras reivindicando tener un edificio propio. Miembro de la Plataforma de Estudiantes de la JOC. Militante de la JOC (1996-2001). Presidente del Consejo de Estudiantes de Filosofía y Letras de la UCO en el curso 97/98. Militante del Partido Comunista de España desde 1997, del que he sido Secretario Provincial en Córdoba desde marzo de 2010 hasta noviembre de 2011. Director de cordobaroja.es

martes, 24 de agosto de 2010

La devolución de las ayudas a las viviendas o como el capitalismo castiga dos veces al mismo trabajador

Quedan menos de cuarenta días para la huelga general. A pocos días de empezar -si se me permite la expresión- la cuaresma huelguística, se informa en distintos medios de comunicación que el gobierno está reclamando a los jóvenes que obtuvieron las ayudas para la vivienda que les devuelvan estas, porque han superado los ingresos exigidos. Las mismas informaciones, señalan que ese exceso de ingresos corresponde a haber realizado horas extras. (http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Vivienda/reclama/8000/jovenes/devuelvan/ayudas/alquiler/elpepisoc/20100820elpepisoc_2/Tes)
No hay mejor hecho que este para poder analizar la política de Rodríguez Zapatero y el PSOE en estos años.
En cierta ocasión vi a Santiago Carrillo -hará aproximadamente un año- en televisión afirmar que el único gobierno socialdemocrata de Europa era el de Rodríguez Zapatero. Y es cierto que Zapatero ha dado el pego durante años apareciendo como un socialdemocrata -las propias ayudas a las viviendas, el cheque-bebe, la gratuidad de los libros de texto, etc.- esto junto a ciertas medidas sobre derechos sociales -matrimonio homosexual-, unido a la reacción de la derecha nacional-católica, ha generado un espejismo sobre el carácter de izquierdas de Zapatero. Pero su política económica real ha sido la neoliberal de mantener a los trabajadores españoles con bajos salarios y en situación precaria.
Una política social (como eran las ayudas en cuestión) pero incoherente con los principios ideológicos de la política económica neoliberal del Gobierno necesariamente entran en conflicto.
Y claro, llega un momento en el que la coherencia se impone, y termina por pagar el pato aquellos a los que se supone se les iba a ayudar y que, para colmo de ironía, son castigados dos veces por el capitalismo; primero, porque el bajo salario y la indefensión del trabajador ante el empresario -algo que tanto el PSOE y el PP, así como las derechas nacionalistas se encargaron de generar durante años- lleva a los trabajadores a tener que realizar horas extras para poder tener algo más de salario... Y es precisamente ese algo más de salario el que genera que se quede sin la ayuda de la vivienda. El capitalismo castiga dos veces al trabajador dando un motivo más para la huelga general.

domingo, 15 de agosto de 2010

El cura de mi niñez

Leo hoy en el diario Córdoba una carta al director por la que me entero que el cura Domingo García ha fallecido. Busco información en la red, y a través de la pagina de la diócesis de Córdoba, se confirma la noticia.

La muerte de Domingo me traslada mi niñez en el barrio de Fatima en los ochenta. Domingo, o Don Do -como le llamaban los jóvenes de la parroquia-, fue el cura que me dio la primera comunión. Era un cura obrero, había sido trabajador del campo siendo sacerdote en Bujalance.

Domingo hizo amistad con mis padres cuando nos trasladamos a vivir al barrio de Fatima, en donde era párroco de la iglesia de la Aurora -entonces a las espaldas de la Prisión-, en una placita que lleva por nombre Marinaleda.

Recuerdo, cuando preparándonos para la comunión, tuvimos que confesarnos. Domingo se metió en el confesionario, pero por el lado de la puerta, con lo que no estaba oculto. Nos puso los nenes y nenas en fila india, y nos decía sucesivamente:

  • (fulano o fulana), ademas de no hacerle caso a tus padres y haberte peleado con algún amigo... ¿Tienes algún pecado?”-

    -“No”- le contestábamos, y así se desarrollaron las confesiones de mi grupo de catequesis.¿ Debía de pensar que que pecados tendríamos unos niños de 8 o 9 años?

Fue consiliario del Movimiento Juvenil de Acción Católica, un grupo juvenil de esa Iglesia comprometida con los trabajadores y desfavorecidos, buscando la transformacion de la realidad. Mi hermana formo parte de aquel grupo, y a través suya, a mi -que era un niño- me empezó a resultar familiares; el Che, los sandinistas, el No a la OTAN, etc.

Recuerdo las eucaristías, con pan de telera y vino pasando por los feligreses, charlas en los salones de la parroquia, las audiciones con cintas de casettes de ese evangelio de la teología de la liberación que era “Un Tal Jesús” -que narraba el Evangelio con distintos acentos latinoamericanos-.

Creo que después, Domingo marcho -no se si fue a Nicaragua-, y al cabo de algunos años volvió a Córdoba. Según señalan en la web del obispado, ha muerto a los 81 años de edad, el pasado 1 de agosto.

Domingo era uno de esos curas comprometidos con los trabajadores y con la transformación de la sociedad. Aun en manifestaciones y acciones veo de vez en cuando a alguno de aquellos jóvenes y niños que en aquellos años andurreabamos en la iglesia de Don Do.

lunes, 9 de agosto de 2010

Recuerdos adolescentes de una huelga de enero

Con una huelga general en ciernes, en el parón de agosto, y tal vez por nostalgia de frío, hoy me ha venido a la memoria la huelga general del 27 de enero de 1994. Han pasado mas de 16 años, yo era un adolescente con la mayoría de edad recién estrenada. Eran tiempos de caminatas matutinas hasta el instituto.

El gobierno socialista, ayer como hoy, realizo una reforma laboral para “flexibilizar” el mercado laboral – es decir, facilitando el despido- para animar a los empresarios a “generar empleo”, y así luchar contra el paro y salir de la crisis económica. La misma milonga que hoy también nos cuentan, pero con una clase trabajadora mucho mas fácil de despedir, con mas inestabilidad laboral que entonces. Aquellos jóvenes adolescentes somos la generación que padecemos el mercado laboral generado por aquella reforma laboral.

A aquella huelga general, me une un recuerdo entrañable que rodea a todo lo relacionado con el Fidiana de aquellos años, ademas era mi primera huelga general.

Uno de los primeros recuerdos que tengo de esta huelga, pre-huelga realmente, esta relacionada con la clase de religión, y su profesor el cura Pepe Luque Requerey. Pepe cambió el orden de los temas para hacer coincidir esas semanas previas a la huelga con el tema del compromiso cristiano, y darme a mi “cierta cancha” huelguistica. A Pepe, y a un compañero de clase, Clemente, me los encontré en la eucaristía que Pastoral Obrera realizó en los días previos a la huelga.

Yo entonces estaba vinculado a la Juventud Obrera Cristiana (JOC), aunque no era un militante, sí tenia cierto recorrido, que casi me acercaba a serlo. La JOC organizo una charla, en las que el cura Paco Aguilera y un militante, Pedro Pablo, explicaban la reforma laboral, contra la que se convocaba la huelga. A mi me acompañó a los salones de la parroquia de Valdeolleros, Marta, una compañera del Consejo Escolar y de la asociación de estudiantes del Fidiana (AEPF). De las notas que Marta tomó en aquella charla escribió un articulo para El Foro, la revista que elaborábamos en el instituto.

Por aquellas fechas tuvimos un debate en el Consejo Escolar del Fidiana sobre la realizaron de una charla sobre la huelga que proponían desde el Consejo Local de la Juventud. El que realizo la llamada era Rafa Conde, militante de la JOC y trabajador del Consejo Local de la Juventud. Al final la oposición dura del director hizo que se impusiera en el Consejo Escolar el criterio de no permitir realizar la charla.

Nosotros por nuestra cuenta decidimos hacer un piquete para el día de la huelga, que en la practica no se llevo a cabo. Yo fui a la puerta del instituto con la “bandera de combate del Fidiana” (una bandera roja con la cara del Che -y que aun conservo y llevo en algunas manifestaciones-). Tras estar un rato, y ver como un piquete de obreros en las puertas un negocio de neumáticos, cercano al instituto, le explicaban a voces a un estudiante desde la otra acera que “¡Chaval!, ¡hoy no se estudia!”, me fui a casa de Claudio, que era no de los que habíamos quedado en la puerta del centro. Me encontré a Claudio, aun en pijama, tomándose un cola cao, y viendo en Antena 3 como la Zona Franca de Barcelona estaba cerrada. Tras desayunar el muchacho, nos fuimos camino a la plaza del Alpargate, donde se concentraban lo piquetes de la zona este de la ciudad. De camino, nos encontramos con Antonio Mesones -cuya tia era parlamentaria andaluza de Izquierda Unida-. En el Alpargate estaban esperandonos Raquel, Monica (que se marcharia pronto), y creo que Marta. Así que allí nos juntamos un piquete del Fidiana, integrado en el piquete mayor, que se puso camino a las Tendillas, donde confluirían todos los piquetes de Córdoba

Aquella "columna piquetera" nos pusimos en marcha. Cerramos alguna tienda, y al llegar al Realejo, Gomi, militante jocista que iba en la "columna", se enfrento con un tipo que desde la puerta de un bar nos imprepo. Casi estuvieron a punto de agarrarse. Cerca del Círculo de la Amistad, Claudio enarbolo la bandera roja del Che, restregandosela a tanto “fachon” que se la desayuno aquella mañana.

Desde las Tendillas, un orador hizo el llamamiento a que los piquetes nos concentrásemos en el Corte Ingles -entonces aun Galerías Preciados-. Allí vi a una persona que nos impresiono a Claudio y a mi. Un hombre mayor, Eduardo Castro, de Izquierda Republicana daba vivas a la República Por la tarde, Claudio y yo volvimos a coincidir con este hombre, con bastón y encorvado por la edad, repartiendo la revista de Izquierda Republicana. Cuando volvíamos a casa después de todo el día “p'arriba y p'abajo” Claudio y yo nos preguntábamos, admirados por ese hombre, como debería de estar de cansado, cuando nosotros a nuestros 18 y 17 años estábamos reventados. Allí en la puerta de Galerías coincidimos con Rosa y Amanda, otras compañeras del instituto. Tras estar un rato en el piquete de Galerías, y entusiasmados de todas la vivencias de la mañana; Claudio, Mesones y yo nos plantamos en la puerta del Fidiana con nuestra bandera roja, a esperar salir a los esquiroles -profesores o alumnos- que saldrían del Fidiana. Hay que decir, que creo recordar que solo hubo uno o dos alumnos ese día en Fidiana.

Por la tarde volvimos a quedar, Claudio, Mesones, Rosa, Amanda, y nos fuimos para la manifestación Exasperados por la lentitud del grupo, Claudio y yo nos adelantamos con nuestra “bandera de combate” al viento. Cuando llegamos al Melia, la manifestación ya había salido pero... algo raro vimos... delante de la manifestación un grupo de uniformados con cascos corrían.. Pensamos que los antiditurbios estaban interviniendo... Aunque si era así era peligroso, no nos asusto lo suficiente la escena, es mas aceleramos el paso... y fue entonces cuando nos dimos cuanta que los uniformados de los cascos que corrían de un lado para otro eran los bomberos que se habían sumado a la protesta con uniformes y todo, y que sin duda animaron la marcha con sus carreras. La manifestación termino en una atestada plaza de las Tendillas, mas de 20.000 personas recorrimos las calles de Córdoba Entre ellos el grupo de fidianeros, entre los que destacaba Mesones con sus lemas “fascistas, sociatas, sois tos las mismas ratas” o a los que se asomaban de los balcones de Ronda de los Tejares y Cruz Conde “No nos mires, ¡tirate!

Recuerdos de adolescencia que ahora vuelven al calor de otra huelga general. Hoy hay mas motivos para hacer huelga que entonces, y yo personalmente, tengo mas conciencia de ello que la tenia entonces. Aquellas generación de adolescentes, a la que pertenecíamos aquellos fidianeros, somos los que tenemos una gran inestabilidad laboral, somos los que en muchos casos hemos llegado a la treintena viviendo en casa de nuestros padres, somos los que estaremos hasta los setenta años pagando hipoteca – y si no luchamos- trabajando sin poder jubilarnos a una edad decente para poder disfrutar de la vida. Somos las generación de la bruja Avería y el “¡Viva el mal! ¡Viva el capital!”. Somos la generación golpeada desde nuestra adolescencia por el neoliberalismo. Nosotros vamos a la Huelga General.