Hoy es 7 de noviembre, tal día como hoy, hace noventa y cinco años, se produjo la Revolución de Octubre, la primera experiencia de construcción de una sociedad socialista, alternativa al capitalismo entonces (y ahora) imperante en el mundo.
Vista la efemérides en este 2012 me surgen algunas preguntas desde este continente (y país) sometido a terapia de choque neoliberal.
¿Alguien, en la Europa de 2012, cree que los capitalistas hubiesen aceptado la educación, sanidad, prestaciones sociales a los trabajadores si no hubiese sino por la Revolución de Octubre? ¿Alguien cree que estaría, aunque sea una mera formalidad, el derecho al trabajo, a la vivienda?
Cuando a la Rusia postsoviética se le aplicó la terapia de choque neoliberal en una década bajó la esperanza de vida diez años, ¿no nos deparará el destino a nosotros una situación similar si no paramos esta doctrina del shock a la €uropea?
¿Alguien puede poner en cuestión hoy que el poder político está al dictado de lo que exigen los grandes capitalistas, tal y como decía Lenin hace un siglo?
Durante dos décadas, más toda la propaganda anticomunista de las décadas anteriores, han convencido a una parte importante de la sociedad de lo negativo de la experiencia surgida de la Revolución de Octubre, pero, ¿de verdad podemos construir una alternativa anticapitalista sin mirar críticamente, y referenciarnos en lo positivo, que aportó a la humanidad aquel 7 de noviembre? Son preguntas para un mundo indignado con las consecuencias del neoliberalismo.