Durante la Segunda Guerra Mundial el Ejército Rojo tuvo que abandonar la ciudad donde se libraba la batalla más simbólica y situarse al otro lado del Volga, y desde allí recomponerse y estar preparados para dar la batalla y recuperar las posiciones perdidas.
Ayer los comunistas y demás personas de Izquierda Unida en la ciudad de Córdoba sufrimos un golpe duro, durísimo. Pero hay que situarse al otro lado del Volga y prepararnos. Aún es pronto, el shock está reciente, para sacar reflexiones más profundas y plantear estrategias concretas, pero si está claro que el futuro será producto del trabajo de la organización, del colectivo, del conjunto de la militancia, y en concreto de la ética militante de sacrificio, de compromiso de la que tanto sabe la historia de los comunistas españoles.
Es el momento de ver lo positivo que aporta el otro más que de otra cuestión.
Es el momento de hacer un llamamiento a la ciudadanía de izquierdas de Córdoba, a la ciudadanía de izquierdas que ha sido crítica con Izquierda Unida; para defender lo público; la participación ciudadana; las actitudes cívicas; para enfrentarse a la política que ponga el peligro los pasos dados en la recuperación de la memoria histórica; así como la cohesión social y urbanística de la ciudad frente a una derecha todopoderosa ahora y el espertento populista hay que confrontar la ética militante.