Datos personales

Nací en Córdoba. Mis compañeros de estudios en el Instituto Fidiana me llamaban Tovarich. Participé en las movilizaciones fidianeras reivindicando tener un edificio propio. Miembro de la Plataforma de Estudiantes de la JOC. Militante de la JOC (1996-2001). Presidente del Consejo de Estudiantes de Filosofía y Letras de la UCO en el curso 97/98. Militante del Partido Comunista de España desde 1997, del que he sido Secretario Provincial en Córdoba desde marzo de 2010 hasta noviembre de 2011. Director de cordobaroja.es

lunes, 31 de diciembre de 2012

El "Annus Horribilis" de los españoles

Por estas mismas fechas hace veinte años la reina Isabel II de Inglaterra pronunció un discurso en el que se refería al año 1992 como "Annus horribilis". Tomo la regia expresión para hacer este artículo por que la verdad, que si la expresión se traduce como "año horrible" este 2012 que acaba hoy, es desde luego el más horrible para los españoles, probablemente desde 1936.
Durante todo el año se han estado planteando la idea de que los mayas habían previsto el fin del mundo para el 21 de este mes; hoy estamos en el décimo día de prórroga según los vendedores de apocalipsis. Decían que si se iba a combinar terremotos, huracanes, guerras y no sé que más cosas que generaban la catástrofe perfecta para el fin del mundo.
Y no, no se ha producido, pero como esos malos augurios en España sí se producido la catástrofe perfecta, un terremoto neoliberal y nacionalcatólico que tiene como epicentro al PP. Una organización que domina directamente en la mayor parte de las instituciones del estado español, y que indirectamente, a través de los presupuestos, indirectamente hasta donde no gobierna, me refiero a autonomías que se ven obligadas a recortar por imposiciones de la Administración Central.
Este concluyente año, es de un gobierno que va por la vida de nacionalista, que va por la vida envuelto en la bandera del estado (para ellos en la bandera de la Nación) y venden a la nación al mejor postor. Es el año en el que el Gobierno ha aplicado una terapia de choque, para que una sociedad en shock pierda derechos laborales; pierda derechos sociales; pague hasta por tener que utilizar una ambulancia; que repague los medicamentos que les hacen falta (como si fuese un vicio); que recristianiza a la poco laica educación pública, que privilegia a los que consideran a la educación un negocio y no un derecho humano; de un gobierno que ayuda como con millones de euros a los que han arruinado el país a costa de la ciudadanía, en un timo que cambia de modelo pero en el que el timador y el timado forzado siguen siendo los mismos. Un gobierno patriota que premia al que defrauda a la Nación; un gobierno que realiza una reforma laboral que sitúa en casi seis millones de personas sin trabajo las cifras del paro, mientras el ex presidente de los empresarios termina detenido por parecer presuntamente un derivado del cochino embutido.
 Es también el año del cazador cazado. De los dos animales africanos; el elefante, que en este 2012 se ha convertido en símbolo republicano, y las consiguientes lágrimas de cocodrilo borbónicas con su famoso "lo siento mucho. Me he equivocado, no volverá a ocurrir".

Un año en el que hay en marcha una ofensiva que se trata de hacer más ricos y privilegiados a un sector de la sociedad española y empobrecer a la mayor parte de la sociedad española. El boceto de la "nueva (vieja) sociedad" sociedad española está en el boceto del modelo educativo español de Wert; con un modelo que va a dejar excluidos y sin títulos a sectores de la juventud española. Si el fracaso escolar fuese neutro esta exclusión se repartiría equitativa. Pero al no ser así esta exclusión afectará a los sectores más bajos de la sociedad y a la clase trabajadora y capas populares. Y estos se verán excluidos, por motivos económicos, del acceso a la Universidad que hemos tenido los jóvenes de familias obreras de los años ochenta, y sobre todo noventa.
Altar Dentro del Ayuntamiento de Córdoba.
Este ataque, esta terapia de choque, esta reordenación neoliberal y nacionalcatólica de la sociedad española es trasversal a las administraciones en las que gobierna el PP. Si no miremos el caso del Ayuntamiento de Córdoba; donde hemos pasado este año a tener que pagar por disfrutar de la "Ciudad de los Niñ@s", un parque de acceso gratuito hasta hace doce meses; una ciudad que vio reconvertida su cabalgata de los Reyes Magos en una procesión de Semana Santa; la entrada del Ayuntamiento de Córdoba en un altar allá por el mes de marzo mientras se desmotaba en el Salón de Plenos el modelo de ciudad construido durante casi tres décadas. Una Escuela Infantil Municipal, acusada de "ikastola comunista" cerrada. Amenazas de privatización y despidos.Un obispo agradeciendo al gobierno municipal que ponga a la Virgen es su sitio desplazando a un Caimán  (sí tal como suena). Dificultades para que la ciudadanía pueda asistir a oír el Pleno del Ayuntamiento... Toda una creación de un "nuevo (viejo) modelo" de ciudad.
Pero 2012, ha sido también el año de la respuesta, dos huelgas generales; marchas mineras y jornaleras; movilizaciones indignadas; protestas que evolucionan hacia un cuestionamiento del régimen político, muestras de ellos las movilizaciones del 25-S y secuelas de esta o el Frente Cívico lanzado por Julio Anguita.
Dado que Rajoy sigue amenzando en el 2013, sólo me queda desear que esa rebeldía callejera del 2012 cuaje en el nuevo año y se convierta en un poder popular. ¡FELIZ AÑO 2013!  

sábado, 10 de noviembre de 2012

Carta a mi hija ante la Huelga General

Dentro de unos días tú vivirás, en tu algo más de un año y medio, tu segunda huelga general. No irás a tu escuela ese día. ¿Por qué?
Dicen que los niños nacen con un pan debajo el brazo, durante unos años, en España, ese pan se llamaba cheque-bebé, a ti chiquitina, te quitaron el cheque en el vientre de tu madre. Tu madre que lleva camino de dos años en paro. Tu padre se ha quedado sin paga de Navidad este año, y con la del año que viene... en fin. Los recortes, eufemismo para llamar al ataque del capitalismo contra los de abajo (trabajadores, funcionarios, autonómos, pensionistas...), nos ha afectado a toda tú familia, abuelos, tíos, padres, primos y a ti misma.
No es una crisis normal, no. Estamos ante una excusa. Se trata, pequeña, de que los ricos se hagan más ricos a costa de los de abajo. Se trata de que los trabajadores solo nos quede hundir la frente como decía Miguel Hernández, "impotentemente mansa", se trata de que aceptemos el castigo "divino" de los "Mercados", se trata que no se tenga posibilidad ni de protestar.
Se trata de que, tus padres vivamos peor que tus abuelos; se trata que tú y tus primos no tengáis si quiera posibilidades de estudiar, como lo hemos hecho vuestros padres. O que si conseguís estudiar lo hagáis ya con el yugo de un préstamo sobre vuestras espaldas, antes incluso de trabajar... Trabajar ¿En qué condiciones? ¿Con qué derechos?
Tú no eres consciente de que tu madre y tu padre estamos luchando por tu presente y tu futuro... Pero es normal, no tienes aún dos años, y para eso estamos nosotros, para defender lo tuyo. Hay quienes tienen edad de ser conscientes y tampoco lo son. Y consideran que sin protestar y sin luchar, sin patalear van a dejarlos como están... jajaja. Eso sí lo sabes tú, y cualquier bebé... ¡Quién no llora no mama!
La lucha obrera, a lo largo de muchos, muchos años conquistó derechos tanto políticos como sociales. Por aquellas luchas hoy tenemos unas leves libertades y unos exíguos derechos sociales. Tanto unos como otros nos los quieren recortar "gentes de la hierba amarga".
Siguiendo con versos del poeta pastor, porque los capitalistas te quieren convertir en niña yuntera, es por lo que tendremos que golpear "el martillo verdugo de esa cadena". El 14N Huelga General.  

martes, 6 de noviembre de 2012

Preguntas indignadas a la Revolución Rusa

Hoy es 7 de noviembre, tal día como hoy, hace noventa y cinco años, se produjo la Revolución de Octubre, la primera experiencia de construcción de una sociedad socialista, alternativa al capitalismo entonces (y ahora) imperante en el mundo.
Vista la efemérides en este 2012 me surgen algunas preguntas desde este continente (y país) sometido a terapia de choque neoliberal.
¿Alguien, en la Europa de 2012, cree que los capitalistas hubiesen aceptado la educación, sanidad, prestaciones sociales a los trabajadores si no hubiese sino por la Revolución de Octubre? ¿Alguien cree que estaría, aunque sea una mera formalidad, el derecho al trabajo, a la vivienda?
Cuando a la Rusia postsoviética se le aplicó la terapia de choque neoliberal en una década bajó la esperanza de vida diez años, ¿no nos deparará el destino a nosotros una situación similar si no paramos esta doctrina del shock a la €uropea?
¿Alguien puede poner en cuestión hoy que el poder político está al dictado de lo que exigen los grandes capitalistas, tal y como decía Lenin hace un siglo?
Durante dos décadas, más toda la propaganda anticomunista de las décadas anteriores, han convencido a una parte importante de la sociedad de lo negativo de la experiencia surgida de la Revolución de Octubre, pero, ¿de verdad podemos construir una alternativa anticapitalista sin mirar críticamente, y referenciarnos en lo positivo, que aportó a la humanidad aquel 7 de noviembre? Son preguntas para un mundo indignado con las consecuencias del neoliberalismo.

sábado, 20 de octubre de 2012

Rajoy y el 14N o ¿cómo es posible que el discurso neoliberal y el fascista se parezcan tanto?


Veo las declaraciones hechas ayer por el presidente del gobierno sobre la convocatoria que los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, junto a múltiples organizaciones han convocado huelga general para el día 14 de noviembre, una huelga que es la primera huelga ibérica, y que puede convertirse en la primera huelga europea (A Portugal y España, podrían sumarse Grecia, Chipre o Italia, además de movilizaciones por toda Europa).

El presidente Rajoy ha dicho al respecto: “Sí me preocupa. Tienen derecho a convocarla. Yo no puedo compartir, creo que eso no ayuda en nada a España. No ayuda a resolver los problemas económicos, que es lo que está intentando hacer el Gobierno con sus decisiones. No ayuda para nada a la imagen de España. Creo que de lo que se trata ahora es de que todos vayamos juntos para conseguir un objetivo que es la recuperación de la economía. Sería la segunda huelga este año, la segunda huelga que se le hace a un gobierno que todavía no lleva de un año. Y por tanto no la puedo compartir, y no creo que sirve para resolver los problemas de los ciudadanos. Francamente creo que no sirve” 
El contenido de esas frases de Rajoy tienen muchos hilos en común con conceptos fascistas, especialmente dos; considerar que todos los españoles tenemos unos intereses comunes ("Ahora se trata de ir todos juntos para conseguir la recuperación de la economía" y que la lucha obrera daña a España ("No ayuda para nada a la imagen de España").
Estas afirmaciones que en octubre de 2012 hace Rajoy me recordaron automáticamente al discurso que en junio de 1936 realizaba José Calvo-Sotelo en el Congreso:
Frente a ese Estado estéril, yo levanto el concepto del Estado integrador, que administre la justicia económica y que pueda decir con plena autoridad: no más huelgas, no más lock-outs, no más intereses usurarios, no más fórmulas financieras de capitalismo abusivo, no más salarios de hambre, no más salarios políticos no ganados con un rendimiento afortunado, no más libertad anárquica, no más destrucción criminal contra la producción, que la producción nacional está por encima de todas las clases, de todos los partidos y de todos los intereses.
A este Estado le llaman muchos Estado fascista; pues si ese es el Estado fascista, yo, que participo de la idea de ese Estado, yo, que creo en él, me declaro fascista. (...)
España padece el fetichismo de la turbamulta, que no es el pueblo, sino que es la contrafigura caricaturesca del pueblo. Son muchos los que con énfasis salen por ahí gritando: «¡Somos los más!» Grito de tribu—pienso yo--; porque el de la civilización sólo daría derecho al énfasis cuando se pudiera gritar: «¡Somos los mejores!», y los mejores casi siempre son los menos. La turbamulta impera en la vida española (...)
¿Qué es la turbamulta? (…) la ley de la turbamulta es la ley de la minoría disfrazada con el ademán soez y vociferante, y eso es lo que está imperando ahora en España; toda la vida española en estas últimas semanas es un pugilato constante entre la horda y el individuo, entre la cantidad y la calidad, entre la apetencia material y los resortes espirituales, entre la avalancha brutal del número y el impulso selecto de la personificación jerárquica, sea cual fuere la virtud, la herencia, la propiedad, el trabajo, el mando; lo que fuere; la horda contra el individuo.
Es sorprendente (o tal vez no) el parecido que tiene las expresiones del fascista monárquico de 1936 (“que la producción nacional está por encima de todas las clases, de todos los partidos y de todos los intereses”) y la frase pronunciada por el líder del PP en 2012 ( “Ahora se trata de ir todos juntos para conseguir la recuperación de la economía”)
La oposición a las huelgas es mutua en ambos líderes del “¡No más huelgas!” dice Calvo-Sotelo al “No la puedo compartir (…) francamente creo que no sirve” del más moderado y demócrata formal Rajoy.
Sorprendente es cómo Calvo-Sotelo adelanta, hace más de tres cuartos de siglo, algunas de las ideas expresadas por Rajoy hace unas semanas: Rajoy decía a raíz de las protestas ciudadanas del 25-S: “Permítanme que yo haga aquí, en Nueva York, un reconocimiento a la mayoría de los españoles que no se manifiesta, que no salen en las portadas de la prensa y que no abre los telediarios. No se les ve, pero son la inmensa mayoría de los españoles.” . Por su lado el diputado fascista monárquico expresaba: “España padece el fetichismo de la turbamulta, que no es el pueblo, sino que es la contrafigura caricaturesca del pueblo. Son muchos los que con énfasis salen por ahí gritando: «¡Somos los más!» Grito de tribu—pienso yo--; porque el de la civilización sólo daría derecho al énfasis cuando se pudiera gritar: «¡Somos los mejores!», y los mejores casi siempre son los menos. La turbamulta impera en la vida española (...)
¿Qué es la turbamulta? (…) la ley de la turbamulta es la ley de la minoría disfrazada con el ademán soez y vociferante, y eso es lo que está imperando ahora en España”.
Además en esta misma frase, con tres cuartos de siglo de edad, aparece una concepción que hoy se repite también; la concepción paternalista del ““¡Somos los mejores!”, y los mejores casi siempre son los menos” vinculando estas ideas a la civilización y contraponiéndolo a la mayoría. Es una visión aristocrática, dónde una minoría sabe lo que hay que hacer aunque la mayoría no lo comprendamos y nos opongamos, y en ese caso -para nuestro bien- hay que imponernoslo, ya que no sabemos lo que nos conviene. Esa imposición que Calvo-Sotelo pedía al final de ese discurso en las Cortes explica los más de 140.000 asesinados por el fascismo en España.
Pero ese mismo discurso y práctica existe hoy en España; una minoría de políticos y economistas neoliberales “saben lo que tienen que hacer” sin pedir opinión a la ciudadanía; y cuando esta responde (estudiantes del IES Luis Vives, los mineros, el SAT y su “Marcha Obrera”, el 25S...) hay que imponerlo por la fuerza.
Demasiados parecidos en los discursos de la derecha de dos momentos distintos y tan lejanos.  

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sábado, 13 de octubre de 2012

12 de octubre: “Dicen que la Patria es...”


Dicen que la patria es/ un fusil y una bandera/ mi Patria son mis hermanos/ que están labrando la tierra”, así empezaba una canción del grupo chileno Quilapayún, y a pesar de corresponder a otro país, otro continente y otra época, en mi opinión responde muy bien a este 12 de octubre que acaba de pasar. Si observamos las fiestas nacionales de otros países se celebran en unos casos en el momento de la independencia del mismo (p. ej. EEUU -4 de julio-), el momento del nacimiento de un nuevo concepto de nación (Francia -14 de julio- o Cuba – 26 de julio-) o el nacimiento de un actual régimen político (China -1º de Octubre-). En cualquier caso, podemos extraer de este hecho dos conclusiones; la primera, que la de España no se corresponde con ninguno de estos casos, es más ni siquiera el acontecimiento conmemorado en esa fecha se produjo en España, sino en una isla llamada, en aquel momento, Guanahaní y situada al otro lado del Atlántico. La segunda conclusiones es que la conmemoración de la Fiesta Nacional siempre encierra un concepto de nación, y se recuerda el nacimiento de un estado basado en ese concepto de nación.
El problema de España es que nunca ha tenido un concepto de nación unitario, ya que hay amplios sectores de la sociedad española (la definida por la Constitución de 1978) que no se sienten identificados con el concepto de nación vigente o que tan siquiera se sienten vinculados (numerosos ciudadano en determinadas regiones) al concepto de nación actual. En otros países los símbolos nacionales son compartidos por la izquierda y por la derecha. En España no. Y ello es posible, no porque la izquierda no ame a España, sino porque su concepto de España es otro distinto al vigente, heredero directo -y más ahora- del franquista.
Estamos acostumbrados, tenemos hasta asumido, definir a los bandos que se enfrentaron en la Guerra Civil como nacionales y republicanos. Definirlos así supone ya un posicionamiento ideológico criptofranquista; ¿Por qué los fascistas son los nacionales? ¿No eran españoles los republicanos? ¿No era patriotas? Se está asimilando ser nacional, ser español a ser fascista o al menos al concepto de España que defendían los fascistas; una España eterna, inalterable, católica, imperial, castellana. El 12 de octubre responde a la perfección a ese concepto. 
Sin embargo, hay quien se puede llevar la sorpresa de los contenidos patrióticos de los discursos de los dirigentes de todas las tendencias de la zona republicana. Vinculando la resistencia republicana, especialmente la madrileña, al 2 de mayo y a la lucha contra el otro invasor; si en 1808 fueron los franceses ahora, en 1936, era el nazifascismo. 
Por lo tanto, se enfrentan entre 1936 a 1939 dos conceptos de patria; una católica, inalterable, imperial y castellana; otro republicano, laico, respetuoso con las nacionalidades que componen España y democrático y con fuerte componente social.
Estos dos conceptos se mantuvieron durante toda la dictadura; es en la Transición cuando -como en tantas cuestiones- se termina imponiendo el concepto retrógrado de España, incluyendo que pasaban a ser los símbolos de la España democrática los mismos del fascismo que acabó con la democracia republicana (la bandera bicolor y la marcha granadera como himno). Esto llevó a las gentes de izquierdas a refugiarse en los símbolos -también constitucionales- de las autonomías, al fin y al cabo era la descentralización una clara victoria sobre el franquismo, y por ello una conquista democrática. Las banderas autonómicas sustituyeron a la ocultada bandera tricolor en una insumisión a tomar como propia la “democrática” bandera que impuso el fascismo por las armas. La consecuencia fue que la derecha, Alianza Popular (hoy Partido Popular) patrimonializó el patriotismo. Eso sí, no cambió el concepto de nación del franquismo; y esto nos lleva a la idea de “españolizar a los niños catalanes” , cuando debiera haber dicho el ministro Wert “castellanizar” o ¿es que los catalanes no son españoles?; al ministro Soria, hace unos meses, le da un arrebato de patriotismo imperial  y amenaza a Argentina por nacionalizar algo que en origen era criollo; a la vicepresidenta  le posee el patriotismo nacionalcatólico de vestirse, para ir Vaticano, como un personaje sacado de la serie “Amar en tiempos revueltos”; el mismo nacionalcatolicismo que lleva al Ayuntamiento de Córdoba a montar altares en la propia casa consistorial o a transformar la cabalgata de los Reyes Magos en un conato de procesión semanasantera; o a querer enfrentar caimanes contra vírgenes en la festividad de la Fuensanta, logrando el elogio del su Ilustrísima “el camarada Dimitri”, como llaman al actual obispo de Córdoba, quien agradeció “a todos los que han contribuido para que esta fiesta sea de la Virgen y no del Caimán”. 
Y mientras hacen todo esto o envuelven a las ciudades españoles en macrobanderas bicolores no son capaces, o tal vez ni se lo plantean, de defender la soberanía española frente a los ataques que recibimos desde el extranjero, en concreto desde el capitalismo, de las entidades financieras y demás cómplices que no dudan en hundir en la miseria pueblos, entre otros a España.
Cada vez que sacan esos discursos nacionalcatólicos yo no puedo sino recordar una frase de Robespierre que dice: “La esencia de la república o de la democracia es la igualdad, se concluye de ello que el amor a la patria abarca necesariamente el amor a la igualdad. Es verdad que también este sentimiento sublime supone la prioridad del interés público sobre todos los intereses particulares
Podrán generarse discursos nacionales basados en esencias inalterables -sea en el nacionalismo español, catalán, vasco o de donde sera-. Podrán coger la bandera para demostrar los patriotas que son, pero ¿cómo se puede ser decir que se defiende a España cuando se está machacando a los españoles?

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sábado, 22 de septiembre de 2012

La herencia de Carrillo

El martes pasado falleció Santiago Carrillo. Como bien dice Javier Parra, director el periódico digital larepública.es, "Se va un coherente "hombre de Estado", un buen antifascista, pero un mal camarada" coincido con la valoración de la figura histórica de Carrillo que Parra expone en su artículo. Desde el fallecimiento del que fue el Secretario General del PCE que más tiempo ostentó este honor he hecho varias valoraciones sobre la figura histórica y las consecuencias de su política. Por supuesto, desde el respeto a una persona fallecida, pero que por su indudable importancia política e histórica deja una herencia significativa en el Partido Comunista de España. En la misma noche en la que me entero de la muerte de Carrillo escribo en mi facebook el siguiente comentario:
"En una ocasión coincidí, yendo con Pedro Garcia Jimenez como Agrupación Universitaria del PCA a una reunión con la JCA, con Carrillo en el tren. Lo saludamos y le dijimos qué éramos del Partido.
Con Carrillo siempre, desde que tengo conciencia histórica y política, me ha ocurrido que es un personaje contradictorio. Siendo Secretario General del PCE -el que ocupó ese cargo durante más tiempo- llevó al PCE a ser "el Partido", y a ser la referencia de la oposición antifranquista. Sin embargo, él mismo conspiró contra todo lo que se consiguió en la clandestinidad, hasta dejar al PCE en una segunda clandestinidad. Hoy su herencia en el PCE está viva, hay conceptos políticos en la que fue su organización que son su testamento político.".

En el hilo que se generó en el enlace añadí después: 

"Desmovilizó al Partido en pos de un acuerdo que en la práctica (y a los hechos me remito) ha sido el mantenimiento en el poder de los mismos sectores que se beneficiaron del franquismo.
Hizo que el PCE cambiase su estructura organizativa (marxista-leninista) basada en la lucha de clases en los lugares de trabajo por otra territorial orientada a la contienda electoral, con un sistema electoral injusto. 


Realizó purgas dentro del Partido contra todo aquel que no le seguía en su senda reformista.
Abandonó la lucha por la República (19 años tardó el Partido en volver a declararse republicano) y hasta 30 años después no rompió con la Constitución monárquica."

Tenía pensado no escribir nada más, pero hoy me encuentro con una sopresa; el inicio del Fiesta de PCE con un acto sobre Carrillo y en la reseña que sobre el acto hace el diario Público (El PCE se reconcilia con Carrillo) hay una frase que es la que me ha animado a escribir esta entrada. La frase corresponde al historiador Juan Andrade, de la Universidad de Extremadura, el periódico reseña "Según Andrade, Carrillo acabó "seducido por la imagen construida por sus adversarios", la imagen de un hombre de Estado y pactista. Hasta el punto de que abusó de "gestos moderados". En línea con esta tesis, el eurocomunismo "fue una renuncia sublimada en estrategia retórica", un señuelo de marketing "que justificaba una política más pragmática".
Los resultados electorales de 1979 y 1982 condujeron al partido a la hecatombe y a la sangría interna. Andrade explicó que se debió a varias causas: primar la acción institucional sobre la acción social, la "falta de democracia interna" y el "dirigismo" que quería imponer Carrillo, el empeño en proyectar "una imagen de moderación" al exterior que terminó desgarrando al PCE, la negativa a "enriquecerse" de las aportaciones de intelectuales y la respuesta que se dio a la crisis económica de 1973-1979, suscribiendo los Pactos de la Moncloa y "cayendo en tentaciones socialdemócratas"."
Si ocultásemos el nombre de Carrillo, en más de un elemento que señala Andrade, bien podría definir lo que en Córdoba fue durante una década el llamado Rosismo;
  1. Primacía de la acción institucional sobre la acción social.
  2. El personalismo y falta de democracia interna.
  3. La hecatombe de la organización tras los resultados electorales.
  4. La moderación hacia el exterior.
  5. Las tentaciones socialdemócratas.
Si miramos al pasado nos encontramos las mismas características en lo que fue Nueva Izquierda. Tanto Carrillo, como Nueva Izquierda, como Rosa Aguilar desembocaron políticamente en el mar del PSOE, y ello no puede ser casualidad.El verdadero problema es que el carrillismo (tanto en algunas formulaciones políticas como sobre todo en actitudes) sobrevivió en la praxis política al propio liderazgo de Carrillo en el PCE. Y será un peligro constante siempre que el PCE no haga una reflexión seria, y sobre todo con medidas activas que eliminen la herencia vigente que el carrillismo introdujo en la Transición; y que en mi opinión pasan por dos elementos fundamentales; la relación del Partido con el Régimen surgido en la Transición (sobre la que hace unos meses ya escribí), o lo que es lo mismo la confianza en que las instituciones surgidas de los consensos de la Transición puedan facilitar y hacer viable una transformación socialista de la sociedad, en donde radica esa primacía de lo institucional; y la adecuación de las estructuras internas del Partido a una concepción en el que lo institucional-electoral sea lo prioritario y no la lucha de clases. Mientras estas dos cuestiones se mantengan el partido vivirá en el bucle que inauguró el carrillismo, y cada vez que nos obsesionemos con la institución subordinando todo lo demás estaremos en el camino de repetir el pasado.

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sábado, 8 de septiembre de 2012

Disminución del número de parlamentarios: nuevo ataque a los de abajo ahora recortando democracia


Ayer surgió la noticia de que la presidenta de Castilla La Mancha propone reducir el número de diputados regionales y al mismo tiempo eliminar el sueldo a los parlamentarios, para que estos se puedan compatibilizarlo con la actividad profesional privada; y todo ello justificado porque "enraíza con un sentir popular".
Cospedal no hace sino imitar a su colega, compañera y vecina Esperanza Aguirre quien en junio pasado proponía reducir casi a la mitad el número de parlamentarios regionales, UPyD con anterioridad también planteó algo por el estilo y el alcalde de Getafe había propuesto la eliminación de sueldos a los parlamentarios, todo ello podéis leerlo en este enlace. Esta reducción se justifica en la idea de reducir el déficit público, y por otro lado en hacerse eco de las reivindicaciones de "la calle" (no he encontrado el video de Aguirre en el que así lo señalaba).
Parece ser, que de todo el programa de oposición que, hace ya más de un año, puso el 15M encima de la mesa, el PP sólo ha oído la crítica a los políticos, además en una fórmula consistente en reducir los órganos de representación de la soberanía, eso es del Pueblo.

¿Quién saldría perjudicado?, obviamente, en base al sistema electoral existente en España las fuerzas minoritarias (principalmente Izquierda Unida), con lo que el bipartidismo se acrecentaría, y por lo tanto la crítica básica, desde un plano político, del 15M, en vez de ser escuchada se vería ignorada y el problema aumentado.
Pero más allá de la ley electoral es un recorte a la democracia en contra de los intereses de los trabajadores y de las capas populares de la sociedad.
La reivindicación de que los cargos público tuviesen un sueldo es una reivindicación política del movimiento obrero, y es la otra cara del sufragio universal.
En Gran Bretaña, allá por las décadas de 1830 y 1840, surgió impulsado por el sindicalismo (Trade Unions) el llamado movimiento cartista, que en base firmas de apoyo a las llamada Carta del Pueblo (de ahí el nombre) dirigidas al gobierno británico pedían las siguientes cuestiones;

Como puede verse en el punto 4  se haya el que los cargos públicos recibiesen un sueldo. La razón es lógica; si el sufragio universal permite que los ciudadanos pudiesen votar, independientemente de su renta y no, como ocurría en ese momento, que sólo podían votar los que tenían cierta riqueza; es decir, solamente los burgueses. Obviamente el derecho a elegir tiene que ser complementado con el derecho a ser elegido. ¿Podría un obrero poder ser diputado si eso significaba no tener un sueldo con el que vivir? Obviamente no. Si una persona necesita vender su fuerza de trabajo a otra, y lo hace por 8, 12 o hasta 16 horas como el aquella época, no puede compatibilizarlo con la actividad pública institucional. Por eso el movimiento obrero exigía que se cobrase un sueldo.
Gracias a que se cobrase ese sueldo podemos tener a personas de las capas populares (albañiles, trabajadores fabriles, profesores, etc. -estas son las profesiones de algunos de los diputados comunistas en el Congreso por la provincia de Córdoba en los últimos lustros-) desempeñando tareas de representación política.
Si se aplica la norma que plantean las lideresas de la derecha, ¿podrían ser cargo público un trabajador tanto por cuenta ajena como propia? ¿Podría un trabajador de una empresa privada realizar esas funciones? ¿Aceptaría el empresario pagar él el hobby de su empleado? ¿Podría un autónomo compatibilizar las tareas de su trabajo con las funciones de un cargo público?
Sólo quedaría posible el ser elegible a aquellos que tuviesen fortuna propia para poder permitirse el lujo de dedicarse a una actividad sin remunerar. Aunque... queda otra opción. La de un diputado que en vez de recibir un sueldo público reciba suscripciones, donaciones de "filantropos" capitalistas para desarrollar su función pública, como en EEUU. Tanto en un caso como en otro, quedarían excluidos en la práctica cualquier discurso contrario al capitalismo en las instituciones. Habríamos pasado de la democracia a la plutocracia de facto.
¿Que los políticos reciban un sueldo de las instituciones puede crear una casta? Sí. ¿Que pueden crear políticos profesionales? Sí. Pero la salida no es menos de democracia representativa ni la plutocracia; la salida es más control popular de las actividad del cargo público que les representa; en definitiva más democracia.

viernes, 10 de agosto de 2012

La dos orillas de Mercadona


Un pequeña acción, una acción que es tratar de obtener unos cuantos carros de comida para familias necesitadas ha generado tal polvareda que sorprendería a cualquiera. 
Por un lado, los sectores bien pensantes, políticamente correctos, han ido rápidamente a condenar la acción, algunos han ido a sacar "trapos sucios" de que si no sé qué viaje a Venezuela, que si no sé qué (ficticio) Jefe de Policía... De esa forma se fijan en una condena del hecho en sí, descontextualizándolo, y fijándose en cuestiones anecdóticas ajenas a la acción, personificando esta en una persona a la que se trata de caricaturizar y volviendo a descontextualizar. Nada nuevo, en este país se lleva años difamando al que no cumple con el rol que el dios "Mercado" les tiene destinado; sea el nacional como el Quijote Anguita o sea internacional como el dictador Chávez, que es el tirano elegido más veces en elecciones arbitradas por organizamos internacionales nada afines. La estrategia es la misma; personalizar, no hablar del contenido sino de la forma y fijarse en lo superfluo, aunque nada tenga que ver con lo que se esté hablando, incluso si no es verdad lo que se dice para criticar, eso tampoco importa.
La acción encontrado comprensión en sectores que agradecen que se haya puesto encima de la mesa la necesidad de alimentación que existe en nuestro país. Que estas políticas de doctrina del shock que con la excusa de la crisis se están aplicando, generan pobreza; que hay empresas que tiran comida comestible a la basura mientras familias tienen que mirar hasta el último céntimo de la maldita moneda para poder comprar los alimentos; que el dueño de la cadena que se resitió (no debemos de olvidar que la multinacional pactó con el SAT) es la mismo que hace unos meses pedía que la última reforma laboral se había quedado corta. 
El economista y diputado por Izquierda Unida, Alberto Garzón, señalaba que si bien es ilegal es legitítima. Y tiene Garzón razón cuando hace esa separación; los grandes saltos de la historia se han hecho por pequeñas ilegalidades que supusieron remover conciencias.
Pero más allá del divertimento de lo políticamente correcto o de recalcar lo legítimo de la acción, en mi opinión, lo significativo ha sido recrear las dos orillas; de un lado los Fernández Díaz, los Rafael Merino, los Pepe Griñán o los Toni Cantó, acompañados de los mass media.
Del otra orilla, aquellos que no entienden  (bueno sí la entendemos) la rapidez para detener a estos jornaleros; la virulenta crítica al "robo" de unos cuantos carros de comida y la impunidad de estos años de otras situaciones (sean banqueros, políticos, empresarios, Infantas...). El SAT ha recibido la solidaridad de los que somos militantes de Izquierda Unida, de diversos colectivos y de blog y medios digitales alternativos.
Hay que optar, cuando las contradicciones sociales se agudizan hay que optar sino nos puede pasar como a quién se dirigía aquella canción de Víctor Jara: "Usted no es ná,/ no es chicha ni limoná".

domingo, 5 de agosto de 2012

Agonía neoliberal de la Transición.




Llevo un tiempo en el que hay distintas cuestiones de la actualidad que me sugieren escribir, pero la propia actualidad hace que surjan otras nuevas. Tal vez por ello, esta reflexión sea algo más larga de lo habitual.
Esta tarde leo por facebook varias entradas relativas a la crisis del régimen surgido de la Transición, uno escrito por el diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón  y otro por Pablo Iglesias Turrión, profesor de CC. Políticas de la Universidad Complutense, es una idea que llevo tiempo pensando y en la que coincido con los dos autores. Hace año y medio, en diciembre de 2010, ya escribí en el blog una reflexión en la que consideraba que 2010 marcaba elpunto de inflexión de la crisis del régimen de la Transición. Los acontecimientos acaecidos desde entonces (aparición del 15M, reforma constitucional, rescates, elefantes reales, doctrina del shock, posibilidad de un gobierno de concentración, cuestionamiento de facto del estado de las autonomías desde el propio gobierno) no hacen sino confirmarme en esta opinión.
Todo el mundo conoce que la Transición fue un proceso de paso pacífico desde la dictadura franquista a un régimen de libertadas. Ese proceso fue pactado entre los sectores procedentes del fascismo franquista, pero que optaban por tener un régimen similar a los de nuestro entorno, (UCD y AP -anterior denominación del PP-) con los sectores antifranquistas tanto de izquierdas (PCE, PSOE) como nacionalistas (principalmente el catalanismo -actual CiU-).
Para los sectores reformistas toda la Transición era un pacto de máximos, hasta ahí estaban dispuestos a aceptar. Para los sectores procedentes de antifranquismo era un pacto de mínimos.
No sólo el pacto constitucional, el pacto autonómico sino cuestiones como el pacto de silencio (Ley de Amnistía) hacia la dictadura, el establecimiento de una política de la equidistancia con respecto la Guerra Civil (“ambos bandos hicieron barbaridades”), el culto a la personalidad (campechana) del Rey (y su familia) y aceptación del régimen monárquico, acuerdos de la Iglesia y el estado, bondades de Europa. Todo se aceptaba por tal de huir del enfrentamiento civil o de involuciones, además se entendía que nuevo régimen gozaba de cierta neutralidad que permitía acceder al poder y realizar todo tipo de programa político, al fin y al cabo la Constitución era suficientemente ambigua como para permitirlo.
Los años ochenta fueron los años de esplendor del consenso surgido en la segunda mitad de la década anterior. Es en los noventa cuando se producen las primeras muestras de erosión de esos consensos. 1996, Fiesta del PCE: el secretario general comunista dice algo que llevaba cuatro años repitiendo; el Tratado de Maastricht vaciaba la Constitución de 1978 de todo su contenido social, lo cual suponía la ruptura del pacto constitucional, en que la derecha había aceptado los contenidos sociales de la Carta Magna y la izquierda, en palabras de Julio Anguita en aquel septiembre de hace dieciseis años: “En las horas difíciles de la Transición Española nuestro Partido, en aras del consenso para que el Estado Social y Democrático de Derecho estuviese contemplado en la Constitución priorizó los contenidos del mismo a la inclusión de los dos primeros principios en la Constitución (Estado Federal y Solidario y Derecho a la Autodeterminación) y pasó, transitoriamente, a un segundo plano, su lucha y su esfuerzo para que el futuro Estado Español tuviese la forma Republicana”.
El PCE había tenido, y lo tendría durante mucho tiempo (aún lo tiene), el grave problema de su doble personalidad (por identidad, la de ser un partido revolucionario, antisistema, por su historia en la Transición la de ser un partido padre del sistema), ya escribí algo sobre este problema.
Aquel discurso de Anguita suponía (ruido mediático aparte sobre el hecho -obvio, como dijo un obispo en aquel entonces- de que PCE era republicano) la constatación de la ruptura del pacto constitucional y el (lento) viraje del PCE y de Izquierda Unida hacia posiciones críticas con el régimen de la Transición. A partir de ese momento, se hicieron visibles en actos públicos la bandera tricolor.
Pero tendremos que esperar unos años para que el naciente movimiento de la memoria histórica ponga el dedo en la yaga de uno de los déficit de la “Democracia”, el silencio a los asesinados por defender la democracia republicana en los años treinta y cuarenta. Para la generación de los criados en “Democracia” los cuales mamamos desde la cuna las maravillas de este régimen no nos era concebible (ni aceptable) una democracia que mantenía en fosas comunes y en silencio la memoria de quienes lucharon por la propia democracia, pero la cosa no se queda ahí (en la existencia de fosas) hasta el punto de llegarse a enjuiciar u condenar al juez que se atrevió a investigar la cuestión.
Pero en honor a la verdad, éramos los jóvenes de la Transición pertenecientes a organizaciones obreras los que teníamos esta visión, el resto de la sociedad, y especialmente de la juventud, estaban o encantados con el régimen o directamente el régimen se la traía al pairo. Se vivía bien. Los valores cultivados en la sociedad eran los del neoliberalismo triunfante, y la gente los aceptaba y votaba entre los partidos que defendían con matices (más de moralidad -laica versus católica- que de otra cosa) ese modelo económico. Un interesante artículo de   Fernandez Steinko sobre esta cuestión lo leí en estos días profundiza sobre esta cuestión.
La visión idílica surgida de que el régimen de la Transición es una representación del pueblo empieza a caer cuando los dos grandes partidos, que son los pilares del régimen político (PSOE y PP) empiezan a ser percibidos como un todo (PPSOE) que sirven a los intereses del gran capital y la banca en contra de los intereses de la mayoría de la población. Cuando escribí “2010: La crisis de la Transición” se daba muestras de no ir más allá; condenado al juez que se había atrevido a buscar a los desaparecidos defensores de la democracia republicana; el deterioro físico del Jefe del Estado; la fatídica foto del presidente de gobierno recibiendo el dictado de la plutocracia nacional (presidente de Bankia incluido); y finalmente el discurso del Jefe del Estado en Nochebuena apoyando los recortes procedentes del mandato de “los Mercados”.
Sin embargo, la gran crítica al régimen vino a partir del 15 de mayo siguiente, cuando miles de españoles mostraron su crítica al bipartidismo sustentador del régimen, por que dicho bipartidismo no representaba a los gobernados sino a otros intereses. Una crítica a los políticos -en algunos casos sin hacer distinciones-, pero en el que se sintió identificada una gran cantidad de españoles, en base a una crítica genérica y a una falta de concreción programática. Esto genera el caldo de cultivo a concepciones como “sin banderas”, “sin partidos ni sindicatos”.
Desde entonces se está produciendo un proceso en el que el poder se ha sometido total y absolutamente a los requerimientos de unos expeculadores y capitalistas apodados “Mercados”, tratando de hacernos creer que se puede contentar a unos chantajistas, y mientras aprovechar para aplicar la terapia de choque descrita por Naomi Klein para empobrecer a la mayoría de la población en beneficio de una minoría. Se vive un proceso de deslegitimación de todo aquel que defienda que la mala gestión de los banqueros ha de tener un costo a la ciudadanía, máxime cuando además no tienen un comportamiento coherente (ya sean banqueros muy bien indemnizados; sean cargos públicos con buenos sueldos; o reyes cazadores).
La cuestión, es que en los meses que han pasado desde las últimas elecciones el bipartidismo está perdiendo apoyo según las encuestas; por otro lado surgen proyectos altamente rupturistas como el Frente Cívico u Ocupa el Congreso.
La reforma constitucional, el alejamiento de los políticos de la sociedad, la sumisión de las instituciones a los intereses del gran capital, la pérdida de la ejemplaridad del Jefe de Estado y su familia (a pesar del culto a la personalidad), el vaciado incesante del componente social del régimen español hasta límites insospechados hace algún tiempo o la involución centralista por vía de finanzas del estado de las autonomías. Es en la práctica el desmontaje del régimen surgido de la Transición.
Ahora, ¿para dónde vamos?
Obviamente el gobierno del PP está empujando a través de su terapia de choque a una involución dentro del propio régimen hacia posturas neoliberales (en lo socioeconómico), nacional-católica (en moralidad -ley del aborto-) y centralista. Sería la reconversión de la "Democracia" surgido en los años setenta en una plutocracia de facto.
Desde la ciudadanía, la indignación surgida desde el 15 de mayo del año pasado anda generando un caldo de cultivo que puede ir concretándose en dos metalidades (no hablo de proyectos políticos sino de mentalidad) que podríamos definir por un lado como pseufascistas y por otro como neojacobinos.
El primero, sería la mentalidad de esos sectores que siguen vinculados a los valores neoliberales; que se siguen considerando clase media; que tienen una visión microeconómica (vease el artículo de Steiko, mendionado antes); que como individualistas, rechazan cualquier organización (partidos, sindicatos), es el discurso del “sin banderas”; y que en definitiva estaba cómodo en delegar el poder en otros, siempre y cuando no vayan en contra de sus intereses microeconómicos cómo ahora.
La segunda supone evolucionar hacia valores republicanos; considerarse ciudadano (independientemente de tener identidad obrera o de clase media); que tiene una visión macroeconómica, de la necesidad de un carácter social por parte del Estado; que independientemente de que recelen de determinadas organizaciones quieren tener voz y voto a la hora de tomar las decisiones; son los que quieren (queremos) recuperar la democracia para el pueblo, que queremos que la ciudadanía se empodere.

sábado, 16 de junio de 2012

La Doctrina del shock en versión española


Llevo algún tiempo comentando en reuniones y en conversaciones que a España se nos está aplicando la doctrina del shock desde hace algún tiempo.
En 2007 la periodista Naomí Klein escribió el libro Doctrina del Shock. Auge del capitalismo del desastre. Dos años después Michael Winterbottom, Mat Whitecross  dirigieron un documental de igual nombre, basado en la obra de Klein. En ambos casos es una historia alternativa a la oficial de cómo se han ido extendiendo las tesis neoliberales, creadas por Milton Friedman.
Klein dice en la introducción de libro lo siguiente:
Durante más de tres décadas, Friedman y sus poderosos seguidores habían perfeccionado precisamente la misma estrategia: esperar a que se produjera una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperan del trauma, para rápidamente lograr que las “reformas” fueran permanentes”.
Para reforzar esta tesis Klein reproduce dos citas de Friedman:
sólo una crisis -real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que esa ha de ser nuestra función básica desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”.
una nueva administración disfruta de seis a nueve meses para poner en marcha cambios legislativos importanates; si no aprovecha la oportunidad de actuar durante ese periodo concreto, no volverá a disfrutar de ocasión igual”.
En mi opinión estas tres citas se corresponden a lo que está ocurriendo en nuestro país desde hace algún tiempo, y especialmente en los últimos meses.
La última de las citas de Friedman está escrita en 1984, un año después -en otro capítulo del libro de Klein, se cuenta cómo- se realizó el
shock en Bolivia, que posee ciertos parecidos razonables con lo que se está viviendo en España desde que Rajoy está en el gobierno.
Según cuenta Naomi Klein en el “
Capítulo 7. “El nuevo doctor Shock””, en Bolivia se produjeron unas elecciones en 1985, en el contexto de una situación del país con una gran deuda externa y de una situación hiperinflaccionista, en las que venció Víctor Paz Estenssoro, quien en los años cincuenta había encabezado una revolución popular.
Diecisiete días después de asumir el cargo, Paz Estessoro tenía en sus manos un plan de shock, que tomaba como base una propuesta del economista norteamericano Jeffrey Sachs. Este plan preveía; eliminación se subsidios; anulación de controles de precios; congelación de sueldos a los funcionarios; duros recortes en el gasto del Estado, abrir las fronteras a las importaciones; y reducción de plantilla en las empresas estatales como paso previo a su privatización (KLEIN, p. 199). Tres semanas después se aprobó en el gobierno el plan. Automáticamente empezaron las protestas en la calle, produciéndose un incremento de la represión con la utilización del ejército; “La policía antidisturbios organizó redadas en los locales de los sindicatos, en la universidad y en una emisoria de radio, así como en diversas fábricas” (KLEIN p.206), se llegaron a detener y trasladar a dirigentes sindicales en campos de internamiento en la amazonía hasta que los sindicatos desconvocasen las protestas.
Aunque ni Rajoy ha sido un revolucionario nunca, ni el ejército ha participado en la represión contra las protestas ciudadanas ni han habido campos de internamiento; sí hay rasgos coincidentes entre el
shock boliviano de 1985 y el español de 2012. A saber:
  • Un presidente que gana las elecciones prometiendo un programa y que recibe el apoyo electoral de la población.
  • Un presidente que días después de la toma del cargo (en el caso de Rajoy diez días) anuncia un paquete de medidas que van en contra de lo prometido antes de las elecciones.
  • Al anuncio de que todos los viernes habrá más reformas (generando una situación de angustia en la ciudadanía de forma permanente; el shock en estado puro), además de mensajes contradictorios.
  • La respuesta ciudadana se encuentra con un incremento de la represión; detenciones de sindicalistas durante la huelga general; cargas de antidisturbios contra estudiantes de secundaria (Valencia) y mineros (Asturias); amenazas sobre quién convoque actos por las redes sociales o el levantamiento de la acampada en Sol.
Una de las acusaciones que se hacían anteriormente a Zapatero y ahora a Rajoy es la de improvisar, en mi humilde opinión creo que no es sino una forma de transmitir desasosiego en la población; de que la población no sepa por dónde la va a venir el próximo palo, porque no sabe qué hará el gobierno, porque este da la sensación que tampoco sabe qué hace. Inseguridad que genera miedo y con él el Shock.
Ya se publicó en rebelión.org en febrero de 2010 un artículo de Jesús Sánchez Rodríguez en el que advertía de la doctrina del shock en la España de Zapatero, decía ese artículo:
La situación de shock, en el caso de España, lo representa sobre todo la elevada cifra de paro, la velocidad con la que se ha creado y la ausencia de un proyecto claro para revertir la situación. En su excelente libro, esta autora (Naomi Klein) describe la aplicación de esta doctrina durante los decenios en que tuvo lugar el ascenso y dominio del neoliberalismo
Lo cierto es que desde Jesús Sánchez escribió estas palabras hemos sufrido tres fases del shock; la que describe en el artículo con el paro como eje; después desde mayo de 2010, tras la intervención en Grecia, que trajo el paquete de medidas (congelación de pensiones, recorte salarial de funcionarios, retirada del cheque-bebé,...), semanas después la reforma laboral, el anuncio de privatización parcial de AENA y Lotería Nacional, la utilización por primera vez del estado de emergencia (en un conflicto laboral), el retraso de la edad de jubilación a los 67 años, y todo esto acompañado de la sensación de improvisación del Gobierno.
La llegada de Rajoy al gobierno y sus anuncios de los “viernes de recortes” sería ya una nueva fase en el que la sensación de improvisación deja paso a la de la conciencia de la mentira contada y a la situación permanente de inseguridad por la reformas y con la prima de riesgo como telón de fondo.
Y desde el sábado entramos en lo que será una nueva etapa en el que será el rescate la excusa para generar el miedo y el estado de shock.
El shock no es inevitable, ahí están los cambios como los pueblos de América Latina, los primeros en sufrir los shock y hoy referente de políticas antineoliberales y socialistas; el saqueo tampoco ha podido con la revolución islandesa, que tras juzgar a sus banqueros y políticos entregados a estos, está creciendo económicamente.
La única forma de oponerse a la doctrina del shock es en su primer momento saber de su existencia;
lo que sucede en Europa no es un castigo del dios Mercado (que no existe) sino producto del choque de intereses entre los sectores más ricos de la sociedad y el grueso de la población; lo que en el lenguaje marxista se llama “lucha de clases”, en donde el 1% de la población necesita explotar al 99%, por eso este tiene que estar organizado y movilizado, para oponerse y construir una alternativa.

domingo, 8 de abril de 2012

A treinta y cinco años de la Legalización














Se cumplen treinta y cinco años de la legalización del PCE y veo el sábado un reportaje en el canal público sobre la misma, a través de una entrevista al entonces Secretario General del Partido. La voz en off dice en un momento del reportaje que el “supo renunciar a utopías revolucionarias para contribuir a que la democracia se abriera paso en España

Esta frase encierra, a mi modo de ver, toda la contradicción del PCE en estos siete lustros, y me ha refrescado el debate que tuvimos en hace algo más de un mes en la agrupación Levante durante nuestra entrega de carnés, y que me sirvieron para pensar en algunas cuestiones relativas a la relación del PCE con el régimen surgido de la Transición, entonces las escribí y se las mandé a algunos camaradas. Hoy las recupero para el blog.

La chispa en aquel debate vino de la intervención de un camarada; que planteaba los problemas que tenemos para trasladar nuestras propuestas a la sociedad, ya que los medios de comunicación no nos sacan o si lo hacen es cuando hay problemas internos; y por otro lado, un sistema electoral que nos infravalora institucionalmente.

Sin embargo, lo que planteaba el camarada no es algo nuevo; ni su preocupación -compartida por muchos camaradas y compañeros/as de IU- ni el hecho en sí. Sin embargo, basta recordar una obviedad, durante la dictadura no teníamos acceso tampoco a los medios de comunicación, pero eso era una preocupación secundaria o terciaria. Sí, es cierto, estaba La Pirenaica pero, ¿acaso podemos pensar realmente, que de haber existido La Pirenaica en los treinta y cinco años que van desde su desaparición, la historia de España y del PCE hubiese sido esencialmente distinta?

El problema del problema -valga la redundancia- de la situación del PCE -y de IU- en estos treinta y cinco años de democracia no sólo hay que buscarlo fuera de la organización, no es producto sólo del cambio de la sociedad española, sino que hay un elemento que creo que siendo importante no se le presta especial atención y que tuvo -y tiene- consecuencias a lo interno principalmente del PCE. Me refiero a la relación del actual régimen político -llamado habitualmente “La Democracia”- y el Partido Comunista. Y aquí es donde se centró el debate de la Agrupación.

A partir de aquí, aunque algunas cuestiones las expresé en la reunión, son reflexiones generadas a consecuencia, y por lo tanto a posteriori de la reunión.

“La Democracia” ha sido considerada por una parte muy importante de nuestra militancia y dirigencia desde la Transición hasta hoy -aunque en los últimos lustros (y años) esta ilusión está disipándose al menos parcialmente- como un sistema político en el que se podría desarrollar nuestra política. Nuestro partido entraba de esa forma en la contracción fundamental de las últimas décadas para los comunistas; ser esencialmente un partido antisistema pero que era un partido padre del sistema.

Un partido comunista por esencia es anticapitalista y republicano. Sin embargo, los comunistas españoles en la Transición fuimos co-padres de una Constitución esencialmente capitalista y explicitamente monárquica. Esto llevó al PCE a optar por entre sus dos personalidades, optando por ser un partido “padre del sistema”; esto tenía consecuencias en lo interno, algunas hoy ya superadas -renuncia de la república adoptada en el Comité Central del (ironía)14 de abril de 1977- o el debate recurrente congreso tras congreso de la definición ideológica del Partido (IX Congreso de 1978).

Y esto último, la renuncia al leninismo, en mi opinión encierra -desde un vista histórico- una profundidad que no se le da suficiente importancia. La supresión del leninismo era una necesidad histórica para definir la paradoja a la que se enfrentaba el PCE en (y después de) la Transición de ser un partido antisistema padre del sistema.

Ser un partido favorable a la Constitución era un tranquilizante para determinados sectores de la sociedad española para los que el PCE era aún el demonio, pero significaba a lo interno asumir que el naciente régimen permitía profundizar la democracia, llegar al poder y avanzar hacia el socialismo. Esto implicaba a su vez que el modelo organizativo leninista, concebido para la lucha de clases revolucionaria -sobre base del oficio- dejase paso a un nuevo modelo electoral basado en el territorio. Y esto suponía modificar la definición ideológica del Partido, renunciando al leninismo.

Retomo, por donde lo dejé unas líneas más arriba, la esperanza de que “La Democracia” supusiese la posibilidad de que los comunistas pudiesen llegar al poder suponía presuponer cierta igualdad de todos los partidos con respecto al régimen político, y concederle una neutralidad social; suponía abstraer a “La Democracia” de su carácter de clase, de la utilidad que para el capital español tenía esta “Democracia” y esta “Transición”, bastaba con recordar El Estado y la Revolución de Lenin para saberlo, pero Lenin había sido suprimido. Pero bastaba con mirar directamente a Marx, a Engels o Gramsci para llegar a conclusiones similares.

Las consecuencias prácticas de esta opción política se van a traducir en tratar de gestionar lo mejor posible aquellas administraciones a las que se ha tenido acceso, en la esperanza de atraer votos para otras administraciones. Algo que casi treinta y cinco años después de las primeras elecciones postfranquistas se muestra un fracaso manifiesto, y de ahí las quejas del camarada a las que aludía al comienzo de esta reflexión. Las conclusiones que expresaba el camarada coincidían con algunas de las extraídas de la reflexión que las asambleas de Izquierda Unida realizaron después de las últimas elecciones municipales.

Y es que mientras que los comunistas veíamos “La Democracia” como el régimen al que habíamos contribuido en mucho en dar a luz el Estado nos combatía. Digo Estado partiendo de lo dicho en su día por Gramsci: “¿Qué significa esto sino que por “Estado” debe entenderse no sólo el aparato gubernamental sino también el aparato “privado” (sociedades capitalistas, estados mayores, etc) de hegemonía o sociedad civil?”.

Dicho de otra forma, “La Democracia” surgida de la Transición no sólo son el conjunto de instituciones presentes en la Constitución -en cuya ponencia participó el PCE- sino el bloque ideológico hegemónico procedente del franquismo, que defienden los intereses del capitalismo español. Esta es el quic de la cuestión.

La parte de “sociedad civil” procedente del antifranquismo -partidos, sindicatos, etc.- aceptaron como única vía de acceso a un sistema democrático la propuesta desde el propio régimen; es decir, la reforma de la legislación franquista, lo cual modificaba, utilizando terminología de Gramsci, la organización político-jurídico del Estado pero dejaba tal cual la “sociedad civil” procedente del franquismo. Ello colocaba a la “sociedad civil” antifranquista, entre ellas el PCE, en la paradoja de aceptar ser lo contrario de su esencia. Generándose el desengaño, el reniego hacia estas estructuras de sectores que a priori deberían ser afines.

Generaba también el hecho de que lo antisistema al convertirse en parte del sistema generase una corriente en los votantes, simpatizantes, militantes y dirigentes hacia la integración del sistema en su versión más poderosa. Es decir, la conversión del PCE en un partido eminentemente electoral en sus prácticas, que podría asimilarlo a la praxis de la socialdemocracia; y esto último explica los Carrillo, Tamames, Curiel, Almeida, Aguilar, etc.

Explica también las raíces profundas de la evolución en Córdoba en los últimos treinta y tres años, cómo un bloque hegemónico de izquierdas local ha ido evolucionando hacia una institucionalización mientras se debilitaba la hegemonía social hasta ser minoritaria en la ciudad.

Volviendo al ámbito nacional, en los últimos años hemos, desde el PCE, adoptado una visión autocrítica respecto a su papel en la Transición, llegando a replantearse su relación con la Constitución de 1978 o, aunque sigue la renuncia al leninismo, la rehabilición de “los aprendizajes del centralismo democrático y del modelo leninista de Partido”, ya que “La Democracia” nacida de la Transición muestra cada vez más que su esencia era (es) la de gestionar el capitalismo español, y por consiguiente va a poner todos los impedimientos que estén es sus manos para que una organización anticapitalista juegue un papel influyente en las instituciones y en la sociedad.

sábado, 7 de abril de 2012

Reflexiones sobre Andalucía


Las elecciones andaluzas que se celebraron hace un par de semanas dejaron unos resultados ya conocidos, dejando el futuro de Andalucía en una situación interesante; primero porque el PP ha sido detenido en Despeñaperros -aunque haya sido la fuerza con más votos y escaños-, segundo por que quien ha frenado al PP ha sido Izquierda Unida, que tiene realmente, desde el punto de vista institucional una situación ventajosa; y finalmente, y a pesar de la festividad de Griñán la noche electoral, está el PSOE, que posee la peor de las papeletas: primero por dejar de ser la primera fuerza política sino que además depende de un tercero (IU) para mantenerse en el gobierno, a lo que hay que sumar que tendrá que pactar cada acción de gobierno.

Como afiliado y dirigente provincial de Izquierda Unida quiero hacer algunas reflexiones; las opciones puestas encima de la mesa son; la posibilidad de la abstención y que gobierne el PP; el apoyo a la investidura y actuación en el Parlamento; o el Cogobierno.

Parto de un elemento básico; con un partido neoliberal y nacionalcatólico como es el PP no hay nada de lo que hablar. Eso imposibilita el dejarlos gobernar, máxime cuando el mensaje de las elecciones en ese sentido es claro: la alternativa no es el PP, la alternativa son las políticas de izquierdas.

Hace unos meses, tras las elecciones municipales, tuve la oportunidad de coordinar una reflexión -que aunque de ámbito provincial- se “contaminó” del debate que se estaba dando entre las direcciones regional de Extremadura y la Federal. En aquella ocasión había (como mínimo) una comprensión hacia lo decidido en Extremadura en la mayoría de las asambleas, así como un recelo y rechazo a cualquier acuerdo con el PSOE. Creo que la experiencia de tres meses de gobierno de Rajoy en el ámbito nacional ha modificado hasta cierto punto esa percepción.

Recientemente la Ejecutiva del PCA nos recordaba algunas de las tesis de la Conferencia Política celebrada en Córdoba en la precampaña de las elecciones autonómicas. Las tesis que nos recordaba son las siguientes;

Tesis 4: “Debemos hacer que los espacios institucionales sean un frente de lucha contra los efectos del capitalismo”.

Tesis 19: “la conquista de espacios de poder político solo tiene sentido si se enmarca en una estrategia para la conformación de un Bloque Social Antineoliberal

Tesis 21: “...debemos señalar al bipartidismo como la expresión institucional del poder económico...

Tesis 23: “En este contexto, y bajo la presión del bipartidismo, debemos reforzar nuestra autonomía como proyecto político basándonos en un programa que lejos de ser una suma aritmética de las reivindicaciones de los distintos movimientos con los que nos relacionamos sea una plasmación paulatina de nuestras alianzas, formando un cuerpo coherente, basado en la centralidad del mundo del trabajo y sus conflictos, que dé respuestas a corto plazo a las necesidades del pueblo trabajador y que tenga un horizonte claramente socialista y reivindicativo ”.

Tesis 25: “Nuestro objetivo es hacer nuestra propia política y no doblegarnos a los intereses de las clases dominantes. Todo pacto, acuerdo o deliberación deben estar guiados bajo los criterios de fortalecimiento del poder de los trabajadores así como de su capacidad de movilización.

Igualmente debe contar la máxima participación de la militancia de Izquierda Unida en el debate, de manera que las decisiones vinculen a toda la organización. ”

Tesis 26: “Por lo tanto de nada sirve gobernar o ser influyentes, si no existe fortaleza social que defienda la ejecución de nuestro programa. Y en esta fase de incremento de la intensidad de la lucha de clases, con la necesaria ocupación reivindicativa del espacio público, nuestra participación en el Parlamento de Andalucía deberá centrarse en contribuir a la fortaleza social de un Bloque Antineoliberal. Para determinar las políticas que emanan del poder en Andalucía será necesaria la existencia de un sólido bloque social crítico y reivindicativo

El negrita es original del documento de la Ejecutiva, el subrayado nuestro.

No obstante, la reflexión que debemos realizar sobre qué hacer en esta tesitura debe de huir del corto plazo y de las filias y fobias que puedan representar las expresiones “muleta” y “pinza”. No puede haber una especie de resaca de 1994 que nos lleve a hacer automáticamente lo contrario. En mi opinión la reflexión tampoco debe de basarse en un simple “programa, programa, programa” sino que tiene que estar más enraizado en los principios ideológicos y deben de ser coherente con nuestra trayectoria y nuestra identidad. Las preguntas claves son dos;

  1. El actual régimen político español, al que pertenece la autonomía andaluza ¿es esencialmente un régimen defensor de los intereses de los capitalistas?

  2. El PSOE, como parte del bipartidismo ¿es redimible desde unos planteamientos anticapitalistas?

No debemos de perder de vista que el Estatuto de Autonomía -por muy avanzado que sea- no es sino una mera ley orgánica enmarcada en la Constitución de 1978, de la que -aquellos que somos comunistas- estamos desvinculados precisamente porque “Hoy, más de tres décadas después de la aprobación de la Constitución de 1978 se han incumplido todos los títulos y artículos de derechos sociales, económicos, ambientales, y el recorte de las libertades políticas. Los trabajadores han cumplido con creces trabajando y apretándose el cinturón, han perdido poder adquisitivo y ha aumentado la precariedad. Y es que como ya dijera Lenin hace muchas décadas que “Mientras exista la dominación del capital, mientras la tierra siga siendo propiedad privada, el estado lo gobernará siempre, incluso en la república más democrática y más libre, una pequeña minoría, integrada en sus nueve décimas partes por capitalistas o ricos”.

Por otro lado, existe en la sociedad repolitizada -el 15M entre otros- un señalamiento del bipartidismo como uno de los elementos que sustentan este régimen que beneficia a la banca y al gran capital recortando a los de abajo. Nosotros hemos sustentado, tanto en las generales como en las autonómicas, nuestro discurso en la denuncia de ese bipartidismo, al mismo tiempo hemos llamado a la rebelión. La entrada de Izquierda Unida en el gobierno, con uno de los integrantes del bipartidismo, nos sitúa ante un problema cuya solución no depende de nosotros, pero cuyas consecuencias sí podemos pagarlas nosotros, y por otro lado ante una bipolaridad que IU hereda del PCE.

La primera cuestión es ¿Tendrá IU capacidad de modificar la política económica del PSOE dentro del gobierno?

Si tomamos como base la Tesis 21 de la Conferencia Política del PCA, está claro que el PSOE es parte de esa “expresión institucional del poder económico”. Y Arenas vino a dar la razón a esta tesis cuando días después de las elecciones tendía la mano para realizar la política económica. La experiencia histórica del compromiso del PSOE con el capitalismo también empuja en ese sentido.

Por lo tanto, la entrada de IU en el gobierno con el PSOE sólo convertiría a aquella en co-responsable de las políticas económicas que este realizaría. También hay una dimensión ética, la pedagogía de otra política; la ética de no coger un cargo a toda costa, como hay un sector de la sociedad que cree que pasará.

El problema profundo es esa herencia que IU tiene del PCE. Este en la Transición asumió una existencia en contradicción entre ser un partido antisistema pero al mismo tiempo padre del sistema. IU tiene hoy en Andalucía esa disyuntiva. O entrar a formar parte de un co-gobierno con una parte del bipartidismo para gestionar una administración de un régimen que representa los intereses del gran capital o priorizar un fortalecimiento del bloque social anticapitalista, y esto se hace agudizando la contradicción del PSOE.

El PSOE, segunda fuerza en el Parlamento pero en el gobierno, tendrá necesariamente que apoyarse en el PP o en IU. Si opta por el PP estará dejando claro que el PSOE defiende, como bipartidista, los intereses del gran capital, y por lo tanto su renuncia a políticas de izquierdas.

En definitiva: no a la entrada de Izquierda Unida en gobierno; sí a tender la mano para realizar políticas de izquierdas desde el Parlamento. Que sea el PSOE quien elija aprobar las leyes con el PP o con IU.